Señor: yo creo, yo adoro, yo espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman

La Adoración Eucarística es una devoción que permite a los fieles prolongar la Eucaristía más allá de la Misa, quedando expuesto Jesús sacramentado para ser adorado.

Nuestra hora de adoración es un espacio de tiempo que
voluntariamente le damos al Señor para que Él actúe en
nuestros corazones y los vaya transformando y uniendo más
al suyo. Además, nuestro tiempo es lo único que es solo
nuestro, de nadie más y que no podemos recuperar.

Adorar es contemplar para parecernos a Él.
Adorar es ser contemplado por Jesús. Es
dejar que Él pose su mirada en nosotros.
Adorar es reconocer la majestad del Señor.
Es vivir el primer mandamiento. Es dejar
que Dios sea Dios. Es adentrarnos en el
misterio de Getsemaní. Es anticipar lo que
haremos en el cielo noche y día…

Todos los Jueves de 18:30 a 19:30